martes, 25 de noviembre de 2008

Tragedia anunciada

TRAGEDIA ANUNCIADA.

Miles de historias aparecen en un contexto de caos, incertidumbre, sueños desvanecidos, impotencia, desazón y de pensar en un futuro que en lo lejano del horizonte yace olvidado y perdido. Estos parecen ser los sentimientos de las personas que florecen en sus mentes, sentimientos que quisieran ser llevados por el viento a lugares casi recónditos de la faz de la tierra. O porque no, irse con ellos para ocultar la vergüenza y la tragedia que se generó por culpa de la ambición, del fácil poder adquisitivo del dinero y de los pensamientos de superación, estos sucesos que hoy en día se están viviendo en la capital nariñense y en otros municipios de la zona sur de Colombia.

Así con este marco de referencia, comienza una de esas tantas historias, que en cualquier lugar de la ciudad encontramos, ya que el tema de actualidad como lo es el derrumbamiento de las mal llamadas pirámides, ha causado el pánico colectivo entre los habitantes de nuestro municipio.

En uno de estos incidentes que se presentan hoy en día, por el sector de la Plaza de Nariño, Ángel, un joven común y corriente, con los normales sueños de superación, caminaba apreciando aquella situación de desesperación de personas que aglomeradas en este sitio, esperan una respuesta que el tiempo mismo se encargará de restregarles en sus rostros, una respuesta que quizá nunca sus oídos estén dispuestos a escuchar.

Ángel acelera el paso entre la muchedumbre para abrirse camino hacia su destino, sus ojos no tienen un enfoque especifico sobre lo que allí está pasando, trata de concentrarse en un solo objetivo, pero la cantidad de gente lo obliga a que su mirada se fije de lugar en lugar como queriendo buscar una salida de aquel mundo de inusitadas situaciones. Sus pies aceleran su intención de escape, sus manos se mueven tan acordes al compás de su pensamiento, que lo obligan a sentir que debe marchar más aprisa por el ambiente de peligro que oscurece la tan hermosa mañana.

De repente, como una especie de rayo que cae al suelo, su intuición lo alerta del grave peligro que corre al estar en un sitio donde la estabilidad de la paz de las personas, pende de un hilo, que se puede romper por el comportamiento de uno solo de ellos.
Al fin comprende que lo mejor que le puede pasar es buscar un refugio donde poder esconder su cuerpo y donde poder esconder sus miedos causados por aquella extraña situación que el destino le había preparado. Sin pensarlo dos veces aceleró el paso. Su corazón y nerviosismo lo hicieron a la par de él.

El miedo que sentía lo hizo encontrar un lugar casi de inmediato, idóneo donde ocultarse de lo que estaba por suceder. La iglesia de San Juan que queda en una de las esquinas de la Plaza Mayor apareció como el más seguro refugio a sus temores que habían sido infundados y manifestados por la situación de crisis y de orden público de la ciudad.

A su llegada al templo, sus sentimientos de preocupación se calmaron, se sintió seguro y tranquilo, quizá el color pálido de la estructura que tenía enfrente logró en él, calmar todas aquellas sensaciones que blanquearon su rostro, y estremecieron su cuerpo. Ahora el paso a seguir, era esperar y contemplar con asombro lo que su intuición le había informado. No se sabe porque esta extraña sensación que lo invadió, quizá la adrenalina del momento lo obligó a arriesgarse y querer sentir lo que en su vida nunca había percibido.

El estar en este trance de espera de lo que iba a acontecer, lo hizo olvidar por completo de lo que en principio era su objetivo de llegada. Todo su ser se encontraba ya conectado con la situación que se estaba viviendo, en aquel sitio que parecía estaba dispuesto para el inicio de una guerra entre el pueblo y la clase obrera en contra del estado y sus normas arbitrarias, en cuestión a el cómo y cuando se haría la devolución de los dineros que aquellas personas con tanto esfuerzo y sacrificio moral y físico habían conseguido para invertirlo en estas redes de sueños y anhelos de un mejor mañana.

De pronto el estruendo de un petardo lo regresó a la realidad, a la cual ya hacia parte por estar involucrado en aquel lugar. La gente corría despavorida por aquel estremecedor sonido. Cuando Ángel reaccionó, ya era demasiado tarde, la cantidad de gente a su alrededor, prendió en él como si se tratara de una llamarada, los sentimientos ya casi olvidados de miedo y preocupación. No tuvo más salida que ser parte de la historia y tratar de salir de este momento de caos y confusión que lo encerraron en cuestión de milésimas de segundo. Ahora su bienestar e integridad depende de otros ya no de él mismo.

Los sonidos que llegaban a sus oídos eran estremecedores, la cantidad de golpes que recibía el piso, por causa de la cantidad de gente que pasaba sobre él, lo hacían pensar que rápidamente este se fragmentaria y se partiría, para luego dejarlo caer a un mundo donde el destino le tendría otra mala pasada para su vida. Sus recuerdos revoleteaban en su mente lo hacían recordar las grandes manifestaciones que solo las había vivido por televisión.

Como si se tratara de una maquina repetidora, se encamino hacia el lugar donde las personas corrían, el ver la cantidad de gente lo hizo pensar que era un sinónimo de seguridad. Su corazón, su pensamiento solo estaba enfocado en acelerar lo más rápido que pudiera. Aquel trayecto se convirtió en un camino sin fin, donde el llegar a la meta, era como uno de esos sueños en donde se camina y se camina y se ve que está estancado en el mismo lugar.

Cuando estaba por llegar, cerro sus ojos como queriendo darle paz interior a su cuerpo maltrecho por aquella situación vivida, por algunos instantes le funcionó, veía la oscuridad y se alejo del ruido de las personas, sintió ganas de volar hacia el infinito, sintió que no era realidad lo que estaba sucediendo, sintió que su cuerpo perdía la fuerza para seguir corriendo, sintió que sus sentidos ya no los sentía. Por último consideró la necesidad ya de abrir los ojos y ver el porqué de estas sensaciones.
Al abrirlos miró una cantidad exagerada de gente encima de él. Miles de preguntas pasaron por su cabeza en busca de respuestas a aquella situación, pero no más, su mente ya no estaba para eso, su cuerpo se rendía ante la falta del aire que necesitaba, su necesidad de preocupación ya no era prioridad. Lo único que quería saber, era cómo y cuando se convirtió en la parte nefasta de los hechos de la ciudad. El porqué se había convertido en la primera víctima de un caos al cual nunca había pertenecido.

CONDICIONES DE LA NARRACION ESCRITA.

El anterior escrito narrativo cumple con los elementos de la narración porque encontramos en el los siguientes elementos como los son el narrador (quien cuenta la historia), los personajes (a quien le suceden los hechos “Ángel”) el marco o ambiente (la Plaza de Nariño) y la acción (todo lo que al personaje le sucede).

Además por cumple con las técnicas de la narración o normas básicas de la misma, por ejemplo la definición del tema, que es la situación de orden publico tanto económico como social, donde se desarrollan los hechos.
La definición del narrador y los personajes lo encontramos donde se cuenta la historia en tercera persona. Además se cuenta la característica del personaje y descripción del mismo.
La definición del marco o ambiente también se ve reflejada tanto en tiempo como en el lugar donde acontecen los hechos, donde se hace variación de situaciones y zonas dentro de la narración.

ELOCUCIÓN

Se hace un excelente contexto de la situación donde y cuando se desarrollan los hechos, Ligada a las situaciones que tiene que sobrellevar el personaje dentro de la narración.
Se hace una narración clara de los hechos y situaciones dándole al lector la oportunidad de imaginar y ver con sus propios ojos, los momentos de angustia que pasa el personaje dentro de la historia.
Se evita la repetición de verbos dentro de la narración, y solo se hacen cuando el texto mismo lo requiere para enriquecer la narración y dar al lector la sensación de que si en verdad está pasando. En cuanto se hace referencia a las momentos de desesperación del personaje, se utiliza también la repetición de los verbos para dar en el lector la continuidad de un ambiente tenso y de inestabilidad que se está viviendo en el momento.





jueves, 6 de noviembre de 2008

Una historia de generacion

PEDACITO DE MI VIDA

Un relato esta por ser contado por parte de mi mamá, mientras yo busco la mejor posición para escucharla sentado en uno de los muebles viejos que hacen parte también de la historia de mi familia. Una sensación extraña empieza a recorrerme el cuerpo, pareciera ser que el sentimiento de unión que teníamos, cuando yo hacía parte de su vientre, volviera en aquel momento.
No hay necesidad de preguntar algo especial, como si se tratara de una historia que siempre mi mamá la ha contado comienza a relatar parte de su vida cuando era niña. Fijo mi mirada en sus ojos tan claros como los míos, pero de alguna forma mucho más hermosos, los más preciosos que he visto en mi vida.

Tengo la sensación de que en algún momento durante su relato, sus ojos se empañaran, lo que menos quiero es que eso suceda, pero me doy cuenta de que eso no pasara, al contrario sus labios comienzan a dibujar una sonrisa alucinante, un brillo en sus ojos aparece, y se acomoda mejor en el mueble donde está sentada.


La historia es esta: mi mamá MARIA SOLEDAD, cuando era niña, era muy traviesa e inquieta, “me gustaba mucho hacerme las trenzas porque tenía el cabello largo, en parte eso me traía problemas porque mis amigas me tenían envidia y cuando me peleaba, sacaban ventaja de mi cabello al jalármelo. Pero yo no me dejaba, siempre he defendido lo que más quiero y en esos días mi pelo era algo que adoraba. De las peleas que tuve nunca supe lo que era perder”… con una sonrisa mucho más amplia termina de contar este primer momento de su vida.

Me acuerdo mucho de mi mamá; siempre he querido ser como ella, una mujer tranquila y muy sabia de la vida, sabes ella no estudio, pero pareciese como si lo fuera, hablaba con una elocuencia impresionante, siempre nos llenaba de consejos, y de una paz que nos tranquilizaba. Fui siempre las mas consentida de ella, quizá porque me parecía en lo físico, y siempre la tome como ejemplo a seguí. Un día le dije que si llegara a tener hijos, quisiera tratarlos y educarlos como ella lo hizo, así el recuerdo de ella nunca desaparecería. Y en parte creo que me consta, siempre que la escucho hablar, sus palabras parece que se transformaran en un escudo de protección donde me siento seguro, y donde se que nada de parte de ella me va a faltar.

Vivía en una vereda de el pueblito llamado Fùnes, la vereda se llama Soledad por eso mi mama decidió colocarme ese nombre, era muy lindo, sobre todo porque ahí conseguía unas flores muy hermosas, siempre me gustaba colocarme una de ellas en la oreja. Y cuando llegaba a mi casa mi mama siempre me mimaba más de lo normal, me decía que Dios no la había bendecido con una hija sino con un ángel.

Su perro Tarzàn, que la acompañaba siempre tan fiel como el mejor amigo que nunca tuvo, era quien siempre estaba a su lado. “era chandosito, pero lo quería mucho. Me salvó de muchas y siempre me sentía protegida al lado de él. Ahora recuerdo que lo que más me gustaba de él era su color; negro con una franjita blanca en el pecho.

Después de aquella historia, volvemos nuevamente a la realidad de la cual me había sacado por unos cuantos minutos, lo que escuche de ella fue como unos de esos cuentos que se les dice a los niños, tal vez el escucharla hizo que yo volviera a serlo.

ALEXANDER RINCONES
ESTUDIANTE DE COMUNICACIÓN SOCIAL-PERIODISMO
TERCER SEMESTRE.